Entre el mar y la meseta, deslizando por escarpados cañadones, que irónicamente en la tierra de la sequía han sido labrados por el agua, se teje un manto de verdes y achaparradas matas. Alternan sus colores entre los grises de nuestros cerros y los amarillos y rojizos de los amaneceres. Para integrarse naturalmente en un paisaje sutil y discreto pero encantador. Cargado de tesoros que esperan cautelosos no pasar desapercibidos.
Bajo la premisa de que es necesario conocer para querer y querer para proteger, se desdoblan los ejes principales del Plan de Gestión Integral de Arbolado Urbano (PGIAU) que la Subsecretaría de Ambiente de Comodoro Rivadavia lleva adelante a fin de poner en valor a nuestra flora nativa de la Patagonia.
Conocer para querer
Comenzando por incluirlas en el diseño del arbolado, las plantas nativas presentan un importante potencial paisajístico. Logrando diseños que no sólo brindan belleza a nuestro entorno urbano, sino que nos conectan con nuestra identidad regional y natural.
Aportan diferentes tamaños, desde delicadas hierbas hasta arbustos que alcanzan los dos metros de altura. Texturas rústicas, plumosas, espinosas, aterciopeladas, secas o carnosas. Colores que abarcan toda la gama de verdes, desde los más brillantes hasta los grises ceniza. Y flores que dejan su encanto en tonos blancos, cremas, rosas, amarillos, rojos, naranjas y violetas.
Gustosas de ser bañadas por las aguas del mar, plantas como Vidriera, Zampa y Botón de Oro nos invitan a disfrutarlas también en senderos costeros. Aportando valor visual, mimetizándose con el paisaje, sin competir con el atractivo de los horizontes patagónicos.
Querer para proteger
La búsqueda cotidiana por lograr una mejor calidad de vida se ve plasmada en los comodorenses, que le han ido perdiendo el recelo al clima y a la geografía, para ser cada vez más los que se animan a incursionar y disfrutar del entorno natural. Porque cada recorrida por el campo, paseando o practicando deporte, cada vez que nos adentramos en un camino y nos alejamos unos kilómetros de la urbe, se convierte en una excelente oportunidad para encontrarnos con estas anfitrionas de la estepa.
Otra alternativa en la ciudad para reconocer nuestras plantas, será el Sendero de Flora Nativa de la Patagonia que se encuentra próximo a inaugurar. El mismo estará ubicado a espaldas del predio ferial, donde por medio de cartelería se destacarán las principales características de cada ejemplar. Al tiempo que se remite, mediante un código QR, a una ficha con información más detallada. El recorrido será apto para todo público con dificultad baja y tendrá una duración de 30 a 45 minutos.
Cabe destacar, que el sendero representará el puntapié inicial para toda una serie de recorridos que se proyectan a lo largo de la ciudad.
El diseño de parques urbanos temáticos y la reserva de áreas donde aún subsiste la flora nativa, brindan la posibilidad de crear espacios naturales y asequibles para todos, a pesar de los empujones del cemento y el asfalto.
La formación de este tipo de burbujas naturales o microhábitats materializan espacios, no sólo para la flora sino también para la recuperación de sitios de refugio y anidación de la fauna local. Pudiendo crear paisajes únicos, inéditos e identificatorios de nuestra ciudad.
A modo de recomendación se invita a descargar el Catálogo de Paisajes Urbanos con Especies Nativas, en el cual se podrán encontrar ideas y sugerencias de usos y posibilidades de estas plantas en el diseño de paisajes. El material se puede descargar ingresando al sitio web ambientecomodoro.gob.ar o a través de la página de Facebook de la Dirección de Educación Ambiental: Educación Ambiental Comodoro, donde también se difunden charlas temáticas, talleres y capacitaciones que cuentan con la participación de profesionales del tema y destacados docentes e investigadores universitarios que aportan su conocimiento y experiencia.
La propuesta paisajística invita a interventores, diseñadores, entusiastas y emprendedores, motivados a incursionar en el terreno de las plantas nativas.